Terremoto en la Fiscalía: "El regreso de Patricia by Benavides como Fiscal de la Nación

Era un lunes cualquiera. Montañas de papeles, puertas que abren y cierran, periodistas al acecho. Hasta que apareció ella: Patricia Benavides. Con su banda puesta ingresó, según testigos, sin registrarse al Ministerio Público para retomar su cargo como Fiscal de la Nación. La Junta Nacional de Justicia (JNJ) había ordenado su restitución. Era el último impulso para una magistrada caída en desgracia, acusada de encubrimiento, conflictos de interés… y la sombra de la organización criminal "Cuellos Blancos".

Pero lo que parecía un regreso pacífico se convirtió en un terremoto institucional: gritos en los pasillos, actas levantadas, una Fiscal en funciones acusando Golpe de Estado, vigilias en la puerta, seguridad del Estado custodiando su entrada y al final, una medalla que cae al suelo como símbolo de un poder que ya no es lo que era.

Benavides insistía en que su restitución era un acto de justicia. La Junta Nacional de Justicia la había restituido, tenía derecho; sin embargo, un magistrado de la misma JNJ se apresuró a desmentir lo que ella celebraba como unánime: Dijo no haber votado. 

¿Cómo le devuelves un cargo cuando ni siquiera estaba en la votación?

Y quedó claro que no se trataba solo de un malentendido burocrático. El trasfondo era una red más profunda, Benavides habría usado sus influencias para proteger a fiscales cercanos, como Javier Huamaní, vinculado a César Hinostroza. La Fiscalía investiga si promovió casos para ayudar a sus allegados.

El episodio llegó con fuerza pero también con silencios. Delia Espinoza, fiscal interina, no se movió y juró quedarse. Denunció un atentado institucional. Primero hubo vigilancia, después hubo velas. Los fiscales en funciones rodearon el despacho, como si esperaran que el temblor institucional se convirtiera en un derrumbe. 

Los fiscales superiores se unieron. Criticaron el intento de restitución considerándolo un peligro para investigaciones emblemáticas como el caso Lava Jato, Cuellos Blancos… Decían que aquello no fue restauración de justicia sino un signo en contra de la autonomía del Ministerio Público. 

¿Es un Golpe de Estado o una restitución legal?

Mientras Benavides se retiraba, medalla en mano y sin su bastón de mando, resonaron palabras duras como: “Usurpadora, prepotente, mentirosa”. En el exterior del edificio, decenas de fiscales criticaban con velas, periodistas filmaban, algunos vecinos miraban como quien ve un accidente sin ser indiferente: atento, temeroso, necesitado de saber qué viene después. Mientras, el país observa. 

El tema ya va más allá de nombres: es una prueba de fuego para su sistema de justicia. 

Si se normaliza el ingreso por la fuerza, si se debilita la autoridad de fiscales que investigan corrupción… ¿Qué quedará de la institucionalidad?