Los médicos especialistas del hospital Sabogal de EsSalud, realizaron por primera vez un procedimiento de alta complejidad que permitió salvar la vida de un bebé, quien compartía la misma placenta con su gemelo.
Para muchas familias la noticia de la llegada de un bebé es motivo de felicidad y cuando se trata de gemelos la alegría es doble, pero no fue el caso de Fátima una joven madre de 29 años cuya gestación se complicó a causa de una rara enfermedad.
Según manifestó el Dr. Oswaldo Tipiani, encargado de la Unidad de Medicina Maternofetal del Hospital Sabogal esta enfermedad conocida como secuencia TRAP se presenta en uno de cada 35 mil embarazos y es cuando ambos fetos comparten placenta y a la vez están conectados por varias arterias.
Fátima presentaba un embarazo gemelar monocorial; es decir, ambos fetos compartían una misma placenta; sin embargo, tras más de 20 semanas de gestación, uno de los bebés no llegó a desarrollarse por completo, pues no tenía corazón ni cerebro.
“A medida que los fetos van creciendo, el bebé sano tenía que bombear cada vez más fuerte para llevar la sangre a la placenta tanto para él como para su hermanito muerto. Eso hace que el corazón trabaje demasiado, y así como en los adultos se produzca una insuficiencia cardiaca, que incluso lo pudo llevar a la muerte”, acotó el Dr. Tipiani.
Para salvar la vida del bebé, la madre tuvo que someterse a una fetoscopia. “A través de una pequeñísima cámara de 3 milímetros se ingresa al útero para ocluir el cordón del bebé que no tenía corazón y que estaba robando la circulación de su hermano”, precisó el Dr. Jorge Arroyo, uno de los médicos ginecoobstetras que participó en la intervención.
En un embarazo normal, un bebé bombea sangre con su corazón a la placenta. La placenta se encarga de oxigenar la sangre y esta retorna al feto. En el caso de un embarazo gemelar monocorial, ambos bebés deben realizar esta función por igual. En el caso de Fátima, el tener un feto prácticamente sin vida, implicaba que un solo bebé realice el trabajo por los dos.
La operación se realizó a las 26 semanas de gestación, y a las 28 semanas el bebé nació por cesárea. Actualmente, se encuentra recibiendo todos los cuidados propios de la prematuridad, pero en estado con pronóstico de recuperación.
Este procedimiento de alta complejidad contó con el apoyo del Dr. Walter Ventura, médico subespecialista en cirugía fetal de gran trayectoria que compartió sus conocimientos con profesionales y residentes del hospital Sabogal.
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