

La familia de Abdon Ingala Vargas, un minero herido en el incendio de Secocha, fue víctima de una estafa mientras el joven permanecía internado en el hospital. La esposa de Ingala fue engañada por un hombre que se hizo pasar por el Dr. Gutiérrez, exigiéndole dinero para supuestos medicamentos esenciales para la recuperación de su esposo.
El delincuente contactó a la mujer en un momento de vulnerabilidad, mientras sus familiares se habían ausentado. Logró convencerla de realizar dos depósitos, uno de S/550 y otro de S/750. Sin embargo, tras completar las transacciones, el falso médico bloqueó su número de contacto, revelando el engaño.
El estafador, identificado como José Quintiliano Saucedo García, acumula más de 100 denuncias por delitos similares, pero continúa prófugo. Este caso pone en evidencia las deficiencias en el control y persecución de delincuentes reincidentes, que operan con impunidad.
Mientras las familias afectadas enfrentan las secuelas de la tragedia en Secocha, deben además lidiar con el dolor y el impacto de ser blanco de estos engaños. Las autoridades han iniciado investigaciones, pero hasta el momento no se han reportado avances en la ubicación del estafador.






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