

El derrame de petróleo ocurrido el 15 de diciembre en el estrecho de Kerch, tras el naufragio de dos petroleros rusos envejecidos durante una tormenta, ha provocado la muerte de al menos 32 delfines. Los buques transportaban 9,200 toneladas de fuel, de las cuales al menos el 40% se habría vertido al mar.
El Centro de Protección de Delfines Delfa, con sede en la región rusa de Krasnodar, informó que desde el incidente se han encontrado 61 cetáceos muertos. De estos, 32 habrían fallecido tras el derrame, mientras que el resto de los cuerpos corresponde a muertes previas al evento. Según el centro, esta cantidad de delfines muertos es inusualmente alta para la temporada.
Las especies más afectadas son las marsopas comunes del mar de Azov, consideradas los cetáceos más vulnerables de la región. El centro señaló que la mayoría de los animales probablemente murió en los primeros 10 días posteriores al vertido y que el mar aún sigue arrastrando los cuerpos a la orilla.
Las autoridades y organizaciones medioambientales continúan monitoreando las consecuencias del desastre, mientras se evalúan los daños a la fauna marina y los ecosistemas del mar Negro.


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