

Arqueólogos del proyecto Castillo de Huarmey, en Áncash, identificaron restos óseos de cuyes en contextos asociados a la vida cotidiana y a posibles prácticas rituales de la élite Wari. El hallazgo corresponde a especímenes que vivieron entre los siglos IX y X d.C., lo que refuerza la hipótesis de la domesticación temprana del cuy en la costa peruana.
El equipo dirigido por Miłosz Giersz explicó que los restos provienen de depósitos de relleno y áreas domésticas vinculadas al uso tardío del mausoleo. Los huesos pertenecen a al menos tres cuyes adultos con señales de consumo alimenticio, aunque no descartan un rol simbólico. Análisis isotópicos revelaron que uno de los ejemplares se alimentó principalmente de maíz, lo que demuestra prácticas de crianza controlada.
A diferencia de los camélidos, que fueron la principal fuente de proteína para los wari, el cuy aparece en menor proporción, pero su inclusión en la dieta muestra diversidad en los recursos animales usados por la élite. En contraste, casi no se registran restos de fauna marina, pese a la cercanía del sitio al océano, lo que evidencia una selección cultural de alimentos centrada en recursos terrestres.
La investigación liderada por la zooarqueóloga Weronika Tomczyk abre nuevas líneas de estudio sobre la relación entre el hombre y el cuy en la costa central del Perú.





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